A las 17:06 de la tarde del viernes, el centro de control del EPEN informaba que Aluminé y Villa Pehuenia se abastecían nuevamente desde el sistema interconectado, proveniente de la línea de media tensión 33 kilovolt que nace en Zapala y alimenta parte del oeste provincial. Fué el cuarto día consecutivo, en que los operarios continuaban trabajando incansablemente para reparar más de 20 postes caídos o inclinados por la acción del viento y las extremas condiciones climáticas que los últimos días habían dejado como resultado.

De esta forma, desde el pasado martes, 3 cuadrillas equipadas con camiones con doble tracción e hidroelevadores, camionetas 4×4 y hasta una retroexcavadora con orugas capaces de trepar por terrenos muy difíciles, fueron reparando uno a uno cada poste y montando los conductores para poner la línea en servicio. Mientras tanto, la Central Térmica Primeros Pinos generó energía para la demanda de aquellas localidades, jaqueadas por la nevada intensa y el viento que las ultimas dos semanas se instaló en la zona. Además, grupos generadores en cada localidad colaboraron para prestar el servicio cada vez que las inclemencias producían alguna falla en las instalaciones.

Detrás de cada evento, la logística desplegada para acceder al terreno implicó coordinación de la flota vehicular -incluidas gestiones para utilizar vehículos especiales del Ejército y distintas reparticiones- movilidad para llevar el combustible a las centrales, relevo del personal para posibilitar descanso después de arduas tareas, comunicaciones satelitales para realizar maniobras a distancia, etc.

Pero estos trabajos no fueron lo únicos, ni los más difíciles para esos “guerreros” del viento -como apodaron algunos operativos a sus compañeros- que permanecieron estoicos ante los embates climáticos de los últimos días.  La línea en cuestión, cuya traza recorre, en cuatro tramos distintos más de 150 kilómetros para llevar la energía desde el centro de la provincia, tuvo otros dos momentos también muy complicados.

Uno de ellos, el martes 26 de junio, cuando las ráfagas superaron los 110 kilómetros, se logró reparar mas de 8 postes, culminando los trabajos a las 3 de la madrugada del día siguiente luego de intensos trabajos de excavación en un terreno muy duro que prolongó las tareas ya pasada la medianoche.

Ese mismo día por la tarde, se produjo otra falla, y esta vez, recorrer la línea en un tramo de 40 kilómetros entre Primeros Pinos y la bifurcación hacia Aluminé y Pehuenia, se convirtió en una odisea. Fueron necesarios vehículos especiales tipo oruga para acceder al terreno, y ubicar el lugar de la falla mediante un recorrido lento por la nieve que en algunos lugares superaba los 60 centímetros. Una vez encontrado el inconveniente, involucró más de 10 horas de trabajo porque el desnivel entre las columnas era tal, que uno de los grupos tuvo que llegar desde otro punto geográfico con motos de nieve para alcanzar el otro extremo y poder reparar el conductor. El hielo acumulado en las líneas fue la causa de la presión en los herrajes que sostienen las estructuras. Esa misma noche, se energizó la línea y se aseguró el suministro una vez más.

El personal de los servicios eléctricos de cada localidad, que atiende la red de baja tensión, vivió palmo a palmo los inconvenientes que se sucedieron, y dieron todo para sostener el servicio con la generación local por un lado, y avanzando en la limpieza de la red, quitando el exceso de hielo de los conductores, y separando ramas y vegetación de la nieve acumulada para poder energizar cada vivienda. A medida que las máquinas de Vialidad provincial iban abriendo los caminos, las cuadrillas accedieron a los parajes donde aún algunos usuarios, esperan que se normalice la situación.

En estos momentos, aún resta llegar a algunos pobladores en Ñorquinco, Ruca Choroy y Quillén, aunque estos últimos, cuentan con grupo electrógeno en la comunidad.